Vacunas
Las vacunas son preparaciones biológicas que buscan la creación de inmunización a partir de la exposición de antígenos al sistema, para que luego de ser detectados se favorezca la producción de anticuerpos altamente específicos.
Uno de los primeros esbozos de vacunas de los que se tiene constancia se ubica en China, en donde se solía dar polvos, provenientes de lesiones cutáneas de personas que se recuperaban de la viruela, a niños, para que estos las inhalaran. Gracias a este método los niños adquirían resistencia a la viruela a través del proceso de inmunización. Por otra parte, Edward Jenner observa a finales del siglo XVIII que las ordeñadoras que se recuperaban de la viruela vacuna no se ven afectadas por una forma más potente de la viruela. En su tratado publicado en 1798, muestra al mundo sus conclusiones al haber inmunizado a un niño de ocho años con pus procedente de una pústula de viruela vacuna, para posteriormente inocularle la enfermedad y comprobar que el niño no la contraía.
La vacunación ha logrado a día de hoy a disminuir radicalmente enfermedades e incluso a eliminar algunas. De esto último es el caso de la viruela, la primera enfermedad erradicada por programas de vacunación. Otras enfermedades han reducido más del 90% de los casos, entre estas se encuentra la difteria, la sarampión, tétanos entre otras.
Entre los tipos de vacunas encontramos:
Vacunas bacterianas o víricas (vivas o no) atenuadas e inactivadas:
Luis Pasteur fue pionero al determinar que las bacterias vivas atenuadas generaban protección, inmunidad.
Para desarrollar estas vacunas se toma el microorganismo y se le inhiben o disminuyen los factores de virulencia que les permiten generar la enfermedad, o matando al virus. El objetivo es que el resultado siga desencadenando una respuesta inmunológica, es decir, que siga manteniendo la capacidad inmunógena.
Esta clase de vacunas tiene la ventaja de que desencadenan respuestas humorales y celulares, es decir, respuestas inmunitarias innatas y adquiridas. La gran desventaja de las vacunas de microorganismos atenuados es la posibilidad de que el organismo cause la enfermedad en un paciente inmunodeprimido, es por esta razón que se prefiere muchas veces usar vacunas inactivadas, aún y aunque no sean tan eficaces como las vivas atenuadas.
Vacunas de subunidades o antígenos purificados:
Este tipo de vacunas están compuestas por antígenos purificados procedentes de microbios o de toxinas. Es muy relevante el papel que ha jugado este tipo de vacunas para acabar con la peligrosidad de toxinas, pero sin afectar su capacidad inmunógena activando grandes respuestas de anticuerpos. Esto último se ha aplicado con el toxoide tetánico y el toxoide diftérico.
Al ser los antígenos de polisacáridos T-independientes, las respuestas producidas son de relativa baja escala, para convertir estas respuestas en T-dependientes se conjugan con proteínas. Lo que ayuda en un aumento en la respuesta incluso en lactantes. Entre las vacunas conjugadas encontramos las en contra de: H. influenzae, Streptococcus pneumoniae y Neisseria meningitidis.
Vacunas de antígenos sintéticos:
A través de tecnología del ADN recombinante se pueden deducir antígenos lo que favorece la búsqueda de antígenos o epítopos con mayor capacidad inmunógena y en grandes cantidades. Las vacunas que actualmente usan este método son para el virus del papiloma humano, el virus del herpes simple, el rotavirus, el virus de la hepatitis y el virus de la enfermedad pie y boca. La vacuna para el papiloma humano, por las características de este último es también una vacuna preventiva del cáncer.
Vacunas víricas vivas con virus recombinantes:
En este tipo de vacunas se seleccionan genes y se ingresan en virus vivos no citopáticos, es decir, solo servirán como carcasa de los genes para la producción de antígenos, al ser los antígenos codificados desencadenan una respuesta inmunológica completa, incluyendo potentes respuestas de linfocitos citotóxicos (CTL). El mayor problema de este tipo de vacunación es que si bien el virus como tal no es citopático, sí podría ser eventualmente reconocido por linfocitos, desencadenando la destrucción de la célula huésped. Por estas características y otras relacionadas son las que paran el uso masivo de vectores víricos.
Vacunas de ADN
Método reciente en el cual se utilizan plásmidos con ADNc. Se especula que el plásmido penetra en células presentadoras de antígenos como las células dendríticas, que transcriben y traducen el ADNc, dando como resultado antígenos que dan origen a una respuesta inmunológica completa, particularmente una intensa reacción de CTL. Otra ventaja es que este tipo de vacuna no necesita ser refrigerada. A pesar de lo prometedora de esta vacuna, un gran obstáculo es que se desconocen los factores de la eficacia, sobretodo en humanos.
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