Al hablar de interocepción nos
referimos a reflejos arteriales periféricos, estado nutricional, etc, y esto
corresponde en cerca de un 80% de los casos a proyecciones vagales que
recolectan la información somatosensorial. Existe una corteza interoceptiva
primaria que corresponde a la ínsula.
Se ha observado que lesiones en la ínsula puede conllevar a pérdidas de la
percepción corporal y del yo, generando anosognosia
que es la incapacidad de darse cuenta que la persona está enferma.
Las proyecciones vagales bajan
por el bulbo rostral ventrolateral o dependiendo del reflejo del que hablamos,
y se genera una respuesta refleja, como podría ser reflejo quimosensorial
carotideo, barosensoriales, reflejos aórticos, etc, pero además proyectan
directamente a la corteza insular.
Otros tipos de modalidades
sensoriales tienen que ver con la homeostasis general, que dan cuenta del
monitoreo gastrointestinal, que tienen la característica de estar inervado
completamente por aferencias y eferencias vagales, reflejos vagales desde la
región más facial a la más caudal. Esta información vía tracto solitario evoca
una serie de respuestas desde endocrinas hasta reflejas autonómicas, pero a su
vez proyectan a corteza. Si bien el nervio vago siempre se asocia a respuestas
autonómicas, últimamente se está generando un cambio de paradigma al proponerlo
como el pivote jerarquico hacia las cortezas somatosensoriales interoceptivas.
En vago también proyecta a amígdala y a neocorteza en general.
Con respecto a la ínsula la
podemos dividir en una ínsula anterior (AIC) y posterior (PIC). La posterior es
aquella que recibe las aferencias vagales, con la interocepción primaria, a su vez proyecta hacia amígdala y hacia la
anterior que procesa esa información, dando la interocepción de alto orden. La posterior se activa con
enfriamiento, estimulación de las fibras tipo C (nociceptivos o
mecanosensorial), y durante el ejercicio, en contraposición la corteza insular
anterior se activa con la ira, frio subjetivo, caras de disgusto. Se dice que
en la corteza insular anterior se encuentra el yo material/vegetativo. La ínsula está muy conectada con corteza
prefrontal. Entonces la corteza prefrontal “lleva a cabo nuestra personalidad”,
mientras que la ínsula, particularmente la anterior, se da cuenta de ello, da
cuenta del “self awareness” o autoconciencia. Finalmente los
estímulos que generan cambios en el patrón de descargas de la corteza insular
anterior son muy complejos y subjetivos, tienen que ver con emociones muchas
veces, por ejemplo se ha visto cambios en el patrón de descarga en el orgasmo.
Las aferencias al AIC provienen de PIC, VTA, amígdala y mPFCx, mientras que
proyecta a región frontal e inferotemporal.
Se ha observado que en ratas con
malestar visceral inducido por litio, al inhibir la corteza insular, estas no
reportaban una respuesta a ese malestar. Hecho lo mismo en ratas adictas, es decir al inhibir
la corteza insular, las ratas reducían la búsqueda por drogas.
Existe una percepción subjetiva
del tiempo, esto se condice con las representaciones corporales que ocurren en
corteza insular momento a momento. La capacidad del self awareness, como
mencionamos, proviene de la corteza insular posterior con aspectos de amígdala,
hipocampo y corteza prefrontal. La ínsula genera imágenes de la persona momento
a momento, por lo tanto, al tener más representaciones momento a momento
cambiamos la temporalidad que se percibe, entonces si se generan más
representaciones, digamos por gran cantidad de emociones, se percibe el tiempo
más rápido.
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